El trabajo del protésico dental está hecho de creatividad, estética, genio y armonía. Realizar productos protésicos que sean agradables, miméticos, funcionales y que al mismo tiempo respondan a las necesidades clínicas y anatómicas precisas, constituye el desafío cotidiano más difícil y apasionado. Tradicionalmente, alcanzar esta finalidad ha sido complejo debido a la geometría de la plataforma de conexión y de los componentes protésicos que imponen límites precisos en el diseño de la prótesis. Márgenes, formas biseladas y perfiles divergentes del implante constituyen vínculos que se deben superar, pues delimitan el potencial para realizar las estructuras protésicas deseadas.

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En las rehabilitaciones implanto-protésicas en Prama, la libertad de cada margen predefinido permite realizar productos protésicos según los parámetros establecidos junto con el médico, sin tener que adaptar los vínculos impuestos por la morfología del implante o del componente protésico.

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La posibilidad de cerrar la corona protésica a nivel del cuello del implante, de la interfaz de conexión o del pilar protésico, así como con cierre «híbrido», maximiza las oportunidades ampliando el abanico de posibilidades de acción y permitiendo realizar productos protésicos armónicos respecto a los elementos naturales residuales, con geometrías elegidas en libertad y según los parámetros relacionados exclusivamente con la anatomía, las necesidades o las características de cada paciente.